Salmo 126:6. Vemos una Bolsa de semillas. En nuestro caso la bolsa de semillas es la palabra. Son las promesas; la palabra es un tesoro valioso; en la semilla de promesas estaba el futuro del sembrador, la provisión para su familia, en el saco de semillas había esperanza y vida que se vería en cosecha y tiempos de disfrutar el fruto de la siembra. Tiempo de cosecha precedido por un tiempo de prueba. Perseverancia porque vendrá el fruto. Isaías 30:23

La semilla en el terreno natural se remoja con lluvia tiene que caer agua; en el la vida del espíritu las promesas deben regarse con comunión con Dios, lágrimas de fe. Promesas regadas con lágrimas. Una promesa mojada con tu comunión con Dios con tu nivel de madurez.
Sacar la semilla del saco, sembrarla en las circunstancias y regarla con lágrimas de oración. Si el saco está vacío no importan las lágrimas. Una promesa, la proclama y la moja. Tarde o temprano se convierte en gozo. Mi semilla, mi fe, mi esperanza.
Esto es una operación Espíritu del consolador. Si hay consolador es porque habrá prueba. En el mundo tendremos aflicción por eso fue enviado el consolador. Es diferente la tristeza del que espera en Dios y del que no lo hace. Triste pero animado; sufriendo como creyente. No llores sobre tus problemas, ni por autocompasión, rabia, incredulidad.
Llora sobre la semilla de las promesas de Dios en su Palabra. Llorar sobre el problema es problema. El problema es también semilla; se multiplica en más problemas.
Mira que no estés mojando la semilla equivocada. El dolor de una cautividad no debe debilitar el valor de la fe en la promesa. ¿Emociones humanas? ¿Lágrimas de la carne o del Espíritu? Escoge Lágrimas santas en oración de fe regando la preciosa semilla para que salga gloria de la aflicción. Las gavillas del Señor están repletas de gozo y bendiciones. Persevera en oración y comunión con Dios. No desfallezcas.
Fanny González de Blanco
22 de Mayo 2024
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