Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3: 16

Veo en esta mañana hojas amarillas caer del árbol formando un tapete hermoso “verdes, amarillos, ocres; sobre la tierra mojada y pienso en la fidelidad y belleza de mi padre Dios. ¡Al mismo tiempo Pensamientos, historias, vidas, cuerpo de Cristo… emociones! Vienen a mi mente; gratitud, dolor, desilusión, esperanza. Y mientras presento cada rostro que viene a mi mente y oro. Me conmueve ver personas lastimadas y heridas tropezando y cayendo; lastimando a otros, permitiendo ser lastimados por ausencia de cordura, viviendo la vida de manera irresponsable sin entender el amor de Dios rodeándonos de belleza, misericordia y fidelidad.
¿Qué siente el corazón de Dios? Creo que mucho dolor.
Definitivamente que entender “de tal manera me amo que entrego a su único hijo a morir por nosotros “es imposible; sólo aceptar la gracia y su misericordia bajando nuestra “orgullosa cabeza” nos permite vislumbrar la obra que hizo a nuestro favor.
Hace frío; se acerca el invierno y con los nuevos desafíos; ya no habrá cosecha, los días serán grises y oscuros; así es la vida; vendrán días en que viviremos las consecuencias de ser irresponsables con el amor y no haberlo cuidado y conocido a tiempo. El tiempo de gracia acaba, el tiempo de rendir cuentas llega inevitablemente. Dios alarga su misericordia porque sabe también la magnitud de su disciplina.
Se termino la primavera, llegó el verano y este otoño igualmente pasará, el cielo es diferente ahora. Aún hay luz, hay tiempo de valorar, atesorar y guardar provisión. Aún podemos disfrutar de momentos brillantes y claros.
El pecado no confesado; la falta de arrepentimiento; las cosas que se ocultan finalmente salen a la luz y llegan las consecuencias. La paga del pecado es muerte. Romanos 3:23 El “pecado paga, remunera con muerte” y satanás aprovecha para traer “temor, culpa, vergüenza y miedo” . Dejamos que el amor pasara y no lo valoramos.
Aún hay tiempo de arrepentimiento, ese gran árbol de mi patio aún tiene muchas hojitas verdes; pero un día todas habrán caído y se cubrirá de nieve.
Génesis 25: 29 Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado, dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto, fue llamado su nombre Edom. Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? Y dijo Jacob: Júramelo en este día….Así menospreció Esaú la primogenitura.
Un guiso rojo de lentejas quizás con paprika, azafrán o turmeric; ya estoy incursionando en este último en mi cocina. Da un color muy bonito en poca cantidad. Por la cocina y el olor se le sensibilizaron las papilas gustativas a Esaú. ¡Las lentejas son deliciosas! Pequeñitas y suaves. Un momento de hambre dejo al descubierto lo que se había anidado y había sido procesado en el corazón por mucho tiempo: ¿para qué me sirve la primogenitura? Tengo hambre y cansancio. ¡Qué triste y equivocada la reflexión de Esaú!
¿Que perdió Esaú? Su lugar de privilegio en su relación con Dios. Sacerdote de la familia, y representando la autoridad y gobierno de Dios en su pueblo. Esaú, Tenía un tesoro en su mano imposible de calcular su costo. Esaú no dimensiono, la gran pérdida que sufrió por un sencillo y seguramente muy sabroso plato de lentejas. El guiso rojo fue un mal bocado que lo indigesto el resto de su vida. Con la primogenitura se fue para Esaú el trato especial de Dios que si tuvo con Jacob y que lo llevo a ser Padre de 12 tribus. Dios cambió su nombre por Israel. Una nación lleva su nombre, El pueblo que Dios eligió para habitar en la tierra.
Elegir es un privilegio de la libertad dada por el amor de Dios; elegir bien es un privilegio de la sabiduría. ¿La ruta? Que prime el interés de Dios sobre todo y toda decisión en nuestras vidas. Atesoremos la primogenitura el regalo de ser padres y madres de generaciones y pueblos que honren su nombre.
Fanny González de Blanco
10 de Mayo 2024