El hombre, como la hierba son sus días; Florece como la flor del campo, Que pasó el viento por ella, y pereció, Y su lugar no la conocerá más. Salmos 103: 15-16

Nuevamente la misma reflexión ante la muerte de un amigo: recuerdos, momentos, palabras; la vida es un soplo; florecemos cómo las flores del campo, pero poco a poco el tiempo pasa y empezamos a debilitarnos y un día morimos. Frente a un féretro se aviva la esperanza de “regresar a casa”.
He decidido vivir cada día como que fuera el último. Responsablemente y con sabiduría. No moriré antes ni después, pero hoy puede ser mi último día. ¿Qué tengo que corregir? ¿Qué tengo que fortalecer? ¿Qué debo cuidar? ¿Qué debo desechar? ¿Cómo está mi casa? ¿Mi familia? ¿Mis relaciones? ¿Quién soy? ¿Cuál es mi propósito? ¿Mi misión en esta tierra? ¿Estoy cuidando el corazón de los que amo? ¿Estoy dejando a mi paso situaciones confusas? Hoy es un buen día para orar y en intimidad con el cielo decir a Jesús: ¿qué harías tú en mi lugar?.
Más la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, Y su justicia sobre los hijos de los hijos; Sobre los que guardan su pacto, Y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra. Salmo 103:15-22
Fanny González de Blanco
09 de Mayo 2024