MATEO 25:24-27
24 Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste, y recoges donde no esparciste; 25 por lo cual tuve miedo, y fui, y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. 26 Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. 27 Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos.
¿Qué hiciste con lo que te di? Ante él no podemos evadir responsabilidades. Tenemos tesoros personales, dones y talentos que son únicos. Si no actuamos de acuerdo a lo que Dios nos ha entregado, perdemos significado, propósito y esperanza. Tenemos vida y es necesario rendir cuentas al dueño de esa vida. Pensamos erróneamente que podemos apropiarnos del tiempo, recursos y hasta de personas.
Nada nos pertenece; somos privilegiados administradores de lo que le pertenece a Dios nuestro Padre. Él es generoso para dar y proveer y requiere que respondamos de igual manera. Al hacerlo se abre para nosotros la puerta de la confianza del Padre. El que es fiel en lo poco, es fiel en lo mucho; se le confiará lo verdadero. Lo verdadero no es necesariamente lo material; lo verdadero del cielo tiene que ver con sabiduría y poder experimentar que la riqueza es interna y se manifiesta en todo lo que toquemos, producirá fruto abundante para que lo disfrutemos y le demos gloria a su nombre.
Somos responsables de rendir cuentas y apropiarnos de lo que no es nuestro, es necedad y aunque tengamos riquezas físicas; nuestro disfrute de ellas será impedido por nosotros mismos.
Fanny González
Hola Fanicita, me gusta esta página, será maravillo poder tener este espacio para seguir llenandonos del conocimiento de Dios.
Es una linda reflexión la de hoy en el devocional y una gran verdad, nada nos pertenece, todo es del ÉL, nuestro amado de Dios y esto nos quita un peso de enicima, nos da paz, porque nos libereamos de la presión de la sociedad que nos somete al sistema, que hermoso que incluso somo de ÉL.
Saludos, Bendiones y Mil Gracias por compartir