1 Pedro 2. desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación.

Nacimiento y hambre por alimento son inseparables; nacemos con hambre, esta necesidad es igual en lo espiritual que en lo físico. En la mesa del cielo hay abundancia de pan y ser saciados dependerá del hambre y el apetito que tengamos del alimento espiritual.
Estoy en mi 50 aniversario de haber invitado a Jesús a vivir en mi corazón. Recuerdo cómo si fuera hoy, ir a escuchar su palabra en toda reunión, a las 5:00 am cada día en la iglesia escuchando el tema Devocional. Me enamore de la Palabra y aun hoy mi hambre de Dios crece. Entre más vivo más me doy cuenta de mi necesidad de ser saciada con el torrente de sabiduría de Dios. Mi madre nos decía respecto del alimento que preparaba “les doy comida, pero hambre no”. Pienso hoy que el único capaz de hacer las dos cosas es Dios. El Espíritu Santo produce con la nueva vida hambre de la mesa del cielo.
Cuando no hay hambre por la palabra, cuando no vamos a la Biblia y no hay apetito espiritual estamos en un gran problema; es síntoma que algo anda mal. Hambre es la primera señal de los nacidos de Dios. Por eso la biblia nos habla de desear como niños el alimento espiritual.
No existe un nacido de nuevo que no desee nada de Dios o no tenga hambre de Dios. El deseo va creciendo en la medida que crecemos y maduramos. Crecemos e igualmente crece la cantidad de alimento que necesitamos. Apetito profundo por la mesa de Dios. Sino hay hambre de Dios, sino hay apetito, es posible que ese alguien no ha nacido de nuevo y seguramente regresará al mundo.
El señor quiere que tú y yo deseemos ser alimentados y Él se vuelve alimento; el es el pan de vida, el mana que desciende del cielo. El Salmo 42 dice: Cómo el ciervo brama por las corrientes de aguas así brama por ti el alma mía. En lo espiritual en la medida que más te alimentas más hambre tienes de Él.
Nuestra oración en este día: sacianos de la grosura de tu casa; llévanos a abrevar del torrente de tus delicias …. quiero más de ti; tengo hambre de ti.
Gracias Dios mío por este nuevo día en que puedo ser alimentada de tu palabra, tu amor y misericordia. Gracias porque en la noche podré como cada día proclamar tu fidelidad.
Fanny González de Blanco
23 de Mayo 2024
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